La idea casera de la botella que sirve para atrapar las molestas avispas en verano procede de otro aparato recolector, en este caso para insectos voladores, que buscan de manera activa el alimento. Al llenar las botellas con sustancias azucaradas y afrutadas, por un lado, y por otro con sardinas arenques, cubrimos el espectro de los polinizadores y libadores, en un extremo, y en el otro cazadores y carroñeros presentes en el jardín.
Si los anteriores materiales eran fáciles de construir, estos noson aun más.
Terminamos este taller, que sería el tercero de la serie, con algo que al final resultó infructuoso, como fue la búsqueda de fauna invertebrada acuática en la fuente del colegio. A veces la limpieza y la biodiversidad no son buenas compañeras…
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